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INFORMACIÓN SOBRE AA

¿ES A.A. PARA USTED?

Sólo usted puede tomar la decisión de probar A.A. si le parece que el programa le puede ayudar.

Nosotros los miembros de A.A. llegamos al programa porque reconocimos finalmente que no podíamos controlar nuestra forma de beber. Al principio estábamos poco dispuestos a admitir que nunca podríamos beber sin peligro. Pero los miembros experimentados de A.A. nos explicaron que sufríamos de una enfermedad. (¡Así nos había parecido durante largos años!) Nos enteramos de que mucha gente estaba afligida por los mismos sentimientos de culpabilidad, soledad y desesperación que nosotros teníamos. Descubrimos que teníamos esos sentimientos porque padecíamos de la enfermedad del alcoholismo.

Tomamos la decisión de tratar de hacer frente a la realidad de los efectos del alcohol en nuestras vidas. A continuación se encuentran algunas de las preguntas que tratamos de contestar con sinceridad. Si respondimos «SÍ» a cuatro o más preguntas, lo tomamos como indicación de que teníamos un grave problema con la bebida. Pruébelo usted. Recuerde, no es una vergüenza enfrentarse al hecho de que se tiene un problema.

 

El Formulario lo encontrará en siguiente archivo.

¿Qué es A.A.?

Alcohólicos Anónimos® es una comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo.

  • El único requisito para ser miembro de A.A. es el deseo de dejar la bebida. Para ser miembro de A.A. no se pagan honorarios ni cuotas; nos mantenemos con nuestras propias contribuciones.
  • AA no está afiliada a ninguna secta, religión, partido político, organización o institución alguna; no desea intervenir en controversias; no respalda ni se opone a ninguna causa.
  • Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad.

Los miembros de A.A. dicen que son alcohólicos hoy  aunque no hayan tomado un trago desde hace muchos años. No dicen que están “curados”.

Una vez que un individuo ha perdido su capacidad de controlar la bebida, nunca puede estar seguro de poder beber sin peligro — o, en otras palabras, nunca puede convertirse en uno “que fue” alcohólico o en un “ex-alcohólico”. Pero en A.A. puede hacerse un alcohólico sobrio, un alcohólico en recuperación.

¿Qué es el alcoholismo?

Como A.A. lo ve, el alcoholismo es una enfermedad. A.A. cree que los alcohólicos no pueden controlar su forma de beber porque están enfermos, de cuerpo y mente (o de las emociones). Si no dejan la bebida, el alcoholismo casi siempre empeora.
La Asociación Médica Norteamericana y la Asociación  Médica de Gran Bretaña, las organizaciones principales de médicos de estos países, también han dicho que el alcoholismo es una enfermedad.

El alcoholismo está reconocido como un gran problema de salud. En Colombia es la tercera causa de muerte, después de las enfermedades del corazón y el cáncer  y no perjudica solamente a los alcohólicos. Sus efectos hacen daño a otras personas  en el hogar, en los lugares de trabajo, en las carreteras. Cada año el alcoholismo cuesta a la comunidad millones de dólares. Entonces, ya sea que usted llegue o nunca llegue a ser alcohólico, el alcoholismo puede afectar su vida.
Hemos aprendido mucho sobre cómo se puede reconocer y detener el alcoholismo. Pero, hasta ahora, nadie ha descubierto un medio de prevenirlo, porque nadie sabe por qué algunos bebedores llegan a ser alcohólicos. Los médicos y los científicos interesados no se han puesto de acuerdo en cuanto a la causa (o las causas) del alcoholismo.
Por lo tanto, A.A. se concentra en ayudar a los que ya son alcohólicos, para que puedan dejar la bebida y aprender a llevar una vida normal y feliz, sin alcohol.

¿Cuáles son los síntomas?

No todos los alcohólicos tienen los mismos síntomas, pero muchos en las varias etapas de la enfermedad muestran estas señales: descubren que sólo el alcohol les hace sentirse seguros de sí mismos y cómodos con otra gente; a menudo, quieren “sólo un trago más” al fin de una fiesta; esperan con ansia las ocasiones de beber y piensan mucho en ellas; se emborrachan cuando no tienen la intención de hacerlo; tratan de controlar su forma de beber, cambiando tipos de licores, tomando la decisión de no beber o haciendo promesas solemnes; beben furtivamente; dicen mentiras sobre cuánto y con qué frecuencia beben; esconden botellas; beben en su lugar de trabajo (o en la escuela); sufren de lagunas mentales (es decir, no pueden recordar lo que dijeron o hicieron la noche anterior); beben por la mañana, para aliviar la resaca, los sentimientos de culpabilidad y el miedo; dejan de comer y así sufren de desnutrición; contraen cirrosis del hígado; tiemblan violentamente, alucinan o tienen convulsiones al carecer de alcohol.

 ¿Cómo ayuda A.A. al alcohólico?

Por el ejemplo y la amistad de los alcohólicos en recuperación en A.A., los nuevos miembros son motivados a mantenerse alejados de la bebida “un día a la vez”, como lo hacen los A.A. En vez de “jurar renunciar para siempre a la bebida” o preocuparse por si van a estar sobrios mañana, los A.A. se concentran en no beber ahora mismo, hoy.
Al no dejar entrar el alcohol en su organismo, los principiantes cuidan de un aspecto de la enfermedad  el cuerpo tiene la oportunidad de sanar. Pero, recuerde: hay otros aspectos. Si van a mantenerse sobrios, es imperativo que tengan también una mente sana y emociones sanas. Para hacer esto, empiezan a arreglar sus pensamientos confundidos y sus sentimientos tristes, siguiendo los “Doce Pasos” de A.A. hacia la recuperación. Estos Pasos sugieren ideas y acciones que pueden guiar a los alcohólicos a una vida feliz y útil.
Para mantenerse en contacto con otros miembros y para enterarse del programa de recuperación, los nuevos miembros asisten regularmente a las reuniones de A.A.

¿Quién pertenece a A.A.?

Como otras enfermedades, el alcoholismo afecta a todo tipo de gente. Por consiguiente, los hombres y las mujeres de A.A. son de todas las razas y nacionalidades, de todas las religiones o de ninguna religión. Son ricos y pobres y de ingresos medios.
Trabajan en todas las profesiones, como abogados y amas de casa, profesores y camioneros, camareras y miembros del clero.
A.A. no mantiene una lista de miembros, pero los grupos informan del número de personas que componen cada uno. Usando estas informaciones, se calcula que hay más de 2,000,000 de miembros en A.A.

¿Quién dirige A.A.?

A.A. no tiene un verdadero gobierno. Cada grupo puede desarrollar sus propias costumbres y maneras de celebrar reuniones, con tal de que no perjudiquen a otros grupos o a A.A. como un todo. Los miembros eligen un coordinador, un secretario y otros servidores de grupo. Estos servidores no le dan órdenes a nadie; principalmente, su cometido es procurar que las reuniones transcurran sin dificultades.
En la mayoría de los grupos, se eligen nuevos servidores dos veces al año.
Pero el grupo individual no está aislado del resto de A.A. Así como lo hacen los miembros de A.A., los grupos de A.A. también se ayudan los unos a los otros.

Medios por los cuales los grupos se ayudan:

  • Los grupos de la misma área establecen una oficina central u oficina de intergrupo.
  • Grupos de todas partes comparten sus experiencias, escribiendo a la Oficina de Servicios Generales en la ciudad.

¿Cuánto cuesta ser miembro de A.A.?

Los principiantes no pagan honorarios para ser miembros, y los miembros no pagan cuotas.
Pero sí se necesita el dinero para algunas cosas: alquilar la sala de reunión, comprar café y otros refrescos, comprar libros, folletos y revistas de A.A. Por lo tanto, normalmente se hace una colecta en la reunión, y los miembros contribuyen lo que puedan o deseen dar. Los grupos contribuyen dinero también para mantener las oficinas centrales, la Oficina de Servicios Generales y otras actividades de A.A. Los miembros de A.A. nunca son pagados por la ayuda que prestan a otros alcohólicos. Su recompensa es algo mucho mejor que el dinero es su propia salud. Los A.A. se han dado cuenta de que la mejor manera de mantenerse sobrios es ayudar a otros alcohólicos.

¿Qué es lo que A.A. NO hace?

  1. A.A. no organiza campañas de promoción para tratar de persuadir a alcohólicos a que se hagan miembros. A.A. es para los alcohólicos que quieren lograr su sobriedad.
  2. A.A. no vigila a sus miembros para comprobar que no beben. A.A. ayuda a los alcohólicos a ayudarse a sí mismos.
  3. A.A. no es una organización religiosa. Todos los miembros pueden formarse sus propias ideas sobre el sentido de la vida.
  4. A.A. no es una organización médica; no proporciona ni medicamentos ni consejo siquiátrico
  5. A.A. no dirige hospitales, departamentos de hospital o sanatorios; no suministra servicios de cuidado.
  6. A.A. no está afiliada a ninguna otra organización. Pero A.A. coopera con organizaciones que combaten el alcoholismo. Algunos miembros trabajan en estas organizaciones  pero por cuenta propia, no como representantes de A.A.
  7. A.A. no acepta dinero de fuentes ajenas, privadas o del gobierno.
  8. A.A. no ofrece servicios de asistencia social; no suministra alojamiento, comida, ropa, trabajo o dinero. A.A. ayuda a los alcohólicos a mantenerse sobrios para que puedan conseguir estas cosas por sí mismos.
  9. Alcohólicos Anónimos es fiel al “Anónimos” de su título. No quiere que se revelen los nombres de sus miembros por la radio, la TV o la prensa. Y los A.A. nunca revelan los nombres de otros miembros a personas de afuera. Pero los miembros de A.A. no están avergonzados por serlo. Solamente quieren motivar a otros alcohólicos a que vengan a A.A. para buscar ayuda. Y no pretenden ser héroes o heroínas sólo por cuidar de su propia salud.
  10. A.A. no suministra cartas de recomendación a autoridades de libertad condicional, abogados, oficiales jurídicos, patrones, agencias de asistencia social, etc.

Los Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos

  1. Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
  2. Llegamos a creer que un Poder Superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio.
  3. Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.
  4. Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos.
  5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos.
  6. Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de nuestros defectos.
  7. Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos.
  8. Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos.
  9. Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros.
  10. Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo admitíamos inmediatamente.
  11. Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla.
  12. Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar el mensaje a los alcohólicos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.

Las Doce Tradiciones de Alcohólicos Anónimos

  1. Nuestro bienestar común debe tener la preferencia; la recuperación personal depende de la unidad de A.A.
  2. Para el propósito de nuestro grupo solo existe una autoridad fundamental: un Dios amoroso tal como se exprese en la conciencia de nuestro grupo. Nuestros líderes no son más que servidores de confianza. No gobiernan.
  3. El único requisito para ser miembro de A.A. es querer dejar de beber.
  4. Cada grupo debe ser autónomo, excepto en asuntos que afecten a otros grupos  o  a  Alcohólicos Anónimos considerado como un todo.
  5. Cada grupo tiene un solo objetivo primordial: llevar el mensaje al alcohólico que aún está sufriendo.
  6. Un grupo de A.A. nunca debe respaldar, financiar o prestar el nombre de A.A. a ninguna entidad allegada o empresa ajena, para evitar que los problemas de dinero, propiedad y prestigio nos desvíen de nuestro objetivo primordial.
  7. Cada grupo de A.A. debe mantenerse completamente a sí mismo, negándose a recibir contribuciones de afuera.
  8. A.A. nunca tendrá carácter profesional, pero nuestros centros de servicio pueden emplear trabajadores especiales.
  9. A.A. como tal nunca debe ser organizada; pero podemos crear juntas o comités de servicio que sean directamente responsables ante aquellos a quienes sirven.
  10. A.A. no tiene opinión acerca de asuntos ajenos a sus actividades; por consiguiente su nombre nunca debe mezclarse en polémicas públicas.
  11. Nuestra política de relaciones públicas se basa más bien en la atracción que en la promoción; necesitamos mantener siempre nuestro anonimato personal ante la prensa, la radio, el internet y el cine.
  12. El anonimato es la base espiritual de todas nuestras Tradiciones, recordándonos siempre anteponer los principios a las personalidades.

Los Doce Conceptos

  1. La responsabilidad final y la autoridad fundamental de los servicios mundiales de AA deben siempre residir en la conciencia colectiva de toda nuestra Comunidad.
  2. La Conferencia de Servicios Generales se ha convertido, en casi todos los aspectos, en la voz activa y la conciencia efectiva de toda nuestra Comunidad en sus asuntos mundiales.
  3. Para asegurar su dirección eficaz, debemos dotar a cada elemento de AA — la Conferencia, la Junta de Servicios Generales, y sus distintas corporaciones de servicio, personal directivo, comités y ejecutivos — de un Derecho de Decisión tradicional.
  4. Nosotros debemos mantener, a todos los niveles de responsabilidad, un «Derecho de Participación» tradicional, ocupándonos de que a cada clasificación o grupo de nuestros servidores mundiales les sea permitida una representación con voto, en proporción razonable a la responsabilidad que cada uno tenga que desempeñar.
  5. En toda nuestra estructura de servicio mundial, un «Derecho de Apelación». tradicional debe prevalecer, asegurándonos así que se escuche la opinión de la minoría, y que las peticiones de rectificación de los agravios personales sean consideradas cuidadosamente.
  6. La Conferencia reconoce también que la principal iniciativa y la responsabilidad activa en la mayoría de estos asuntos, debe ser ejercida en primer lugar por los miembros custodios de la Conferencia, cuando ellos actúan como la Junta de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos.
  7. La Carta Constitutiva y los Estatutos son instrumentos legales, y los custodios están, por consiguiente, totalmente autorizados para administrar y dirigir todos los asuntos de servicios. La Carta de la Conferencia en sí misma no es un instrumento legal; se apoya en la fuerza de la tradición y en las finanzas de AA para su eficacia.
  8. Los Custodios son los principales planificadores y administradores de los grandes asuntos de política y finanzas globales. Con respecto a nuestros servicios constantemente activos e incorporados separadamente, los Custodios, como síndicos fiscales, ejercen una función de supervisión administrativa, por medio de su facultad de elegir a todos los directores de estas entidades.
  9. Buenos directores de servicio en todos los niveles son indispensables para nuestro funcionamiento y seguridad en el futuro. La dirección básica del servicio mundial que una vez ejercieron los fundadores de Alcohólicos Anónimos, tiene necesariamente que ser asumida por los Custodios.
  10. A cada responsabilidad de servicio, le debe corresponder una autoridad de servicio equivalente, y el alcance de tal autoridad debe estar siempre bien definido.
  11. Los Custodios deben siempre contar con los mejores comités permanentes y con directores de las corporaciones de servicio, ejecutivos, personal de oficina y consejeros bien capacitados. La composición, cualidades, procedimientos de iniciación y derechos y obligaciones serán siempre asuntos de verdadero interés.
  12. La Conferencia cumplirá con el espíritu de las Tradiciones de AA, teniendo especial cuidado de que la Conferencia nunca se convierta en sede de peligrosa riqueza o poder; que fondos suficientes para su funcionamiento, más una reserva adecuada, sean su prudente principio financiero, que ninguno de los miembros de la Conferencia sea nunca colocado en una posición de autoridad desmedida sobre ninguno de los otros, que se llegue a todas las decisiones importantes por discusión, votación y, siempre que sea posible, por unanimidad substancial; que ninguna actuación de la Conferencia sea punitiva a personas, o una incitación a controversia pública, que la Conferencia nunca deba realizar ninguna acción de gobierno autoritaria, y que como la Sociedad de Alcohólicos Anónimos, a la cual sirve, la Conferencia en sí misma siempre permanezca democrática en pensamiento y en acción.

¿HAY UN ALCOHÓLICO EN SU VIDA? 

PROBLEMA Y SOLUCIÓN

Si alguno de sus seres queridos tiene un problema con la bebida, este folleto le puede facilitar a usted información sobre un sencillo programa de recuperación. Por medio de su ayuda, más de un millón de personas que en una época bebían en demasía llevan hoy vidas cómodas y productivas sin el alcohol.
Durante cinco décadas, Alcohólicos Anónimos ha estado trabajando con éxito, con hombres y mujeres de todas clases y con los antecedentes más diversos. Antes de ingresar en A.A., la mayoría de estos individuos había tratado de controlar la bebida por sí mismos, y únicamente después de haber fracasado en su intento repetidas veces, llegaron a reconocer que eran impotentes ante el alcohol. Al principio, no se podían imaginar una vida sin beber y seguramente no querían admitir que eran alcohólicos. Sin embargo, con la ayuda de otros miembros de A.A., aprendieron que no tenían que beber. Descubrieron que la vida sin alcohol no sólo es posible, sino que además puede ser feliz y muy gratificadora.

A menudo, a las personas más allegadas a un alcohólico les resulta sumamente difícil ver y admitir que alguien a quien tienen cariño, puede ser un alcohólico. Les parece que tal cosa no puede ser verdad. Ansiosos de negar la gravedad del problema, puede que por algún tiempo confíen en las promesas del alcohólico. No obstante, viéndole faltar repetidamente a su palabra, y enredarse cada vez más en dificultades, se ven obligados a reconocer la verdad.

Entonces comienza la búsqueda desesperada de una solución. Creyendo que todo su amor y todos sus esfuerzos para ayudar han sido en vano, se sienten desolados. Si alguna vez se ha sentido usted así, le llenará de esperanza conocer la experiencia de los esposos y esposas, parientes, amantes y amigos de miembros de A.A. que, habiendo sentido lo mismo una vez, han visto a los bebedores problema a quienes aman, librarse de la compulsión por la bebida.

En este folleto, encontrará respuestas a muchas preguntas hechas por multitud de personas, tanto antes como después de que el alcohólico ingresara en A.A. Si los bebedores problema se ríen ante la idea de que tienen dificultades con el alcohol, o si se resienten cuando se les hacen sugerencias parecidas, las siguientes páginas pueden ayudarle a usted, explicándole lo que puede y no puede hacer. Si el alcohólico ya se ha unido a A.A., la siguiente información le ayudará a entender la forma de vida de nuestra comunidad.

Quizás la mejor descripción corta de lo que es y lo que hace A.A., es el breve «Preámbulo», que por costumbre se lee al comienzo de cada reunión de A.A. Dice:

Alcohólicos Anónimos es una comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo.

El único requisito para ser miembro de A.A. es el deseo de dejar la bebida. Para ser miembro de A.A. no se pagan honorarios ni cuotas; nos mantenemos con nuestras propias contribuciones.

A.A. no está afiliada a ninguna secta, religión, partido político, organización o institución alguna; no desea intervenir en controversias; no respalda ni se opone a ninguna causa.

Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad.

Comprendiendo su Problema

Actualmente más de un millón de hombres y mujeres han dejado de beber en Alcohólicos Anónimos. En esta cifra esta incluida una amplia variedad de gente, desde adolescentes hasta octogenarios. De esta variedad, se ve claramente que A.A. ha podido ayudar a mujeres, hombres, personas de edad avanzada, jóvenes, ricos, pobres, tanto a los que tienen mucha educación como a los que no tienen ninguna.

Este, como todos los libros y folletos de A.A., no está basado en la teoría sino en la experiencia  la experiencia de las personas cercanas a los alcohólicos, que saben lo que es vivir con ellos. Si estas personas pudieran hablar con usted, tal vez le dirían: «Conocemos las dificultades con que se tropieza. Sabemos lo desconcertante que es vivir con un bebedor problema, ver las relaciones íntimas desgarradas por la ira y los conflictos irracionales, ver trastornarse la vida familiar, ver cómo el dinero se gasta, no en necesidades, sino en licores o en hospitalizaciones relacionadas con el alcoholismo, ver crecer a los hijos en circunstancias anormales, imprevisibles. Pero todos nosotros sabemos que, si la persona a quien usted quiere reconoce su problema y verdaderamente desea dejar de beber, hay una solución que ha surtido efecto para nuestros seres queridos, y también puede surtir efecto para los suyos.»

A pesar de los problemas que el alcohol ha causado, puede que usted no quiera admitir que un ser amado es un alcohólico. Tal vez un bebedor problema, esto sí; pero no un alcohólico. Puede que la palabra tenga para usted demasiadas connotaciones desconcertantes. Aunque el alcohólico admita serlo, usted puede, no obstante, tratar de negarlo. Muchas personas han tenido estos mismos sentimientos hacia un ser amado, hasta que reconocieron que el alcoholismo es una enfermedad  hecho confirmado ahora por la medicina. Anteriormente, las personas cercanas al alcohólico podían pensar que, de alguna manera, ellos mismos tenían la culpa. No sabemos cómo ni por qué comienza el alcoholismo; pero las relaciones adultas de años posteriores aparentemente influyen poco en su gravedad o en su progresión. El alcoholismo, como la mayoría de las enfermedades no contagiosas, es propiedad única del desafortunado que la padece. Nadie ni lego ni científico tiene un conocimiento exacto de su causa.

El Alcohólico Puede Recuperarse

El alcohólico es un individuo que padece de una enfermedad para la cual no se conoce curación alguna  es decir, ninguna curación que les haga posible beber con moderación por un largo período de tiempo, como puede una persona no alcohólica. Debido a que es una enfermedad —una compulsión física más una obsesión mental por la bebida el alcohólico tiene que aprender a mantenerse completamente alejado del alcohol para poder llevar una vida normal.

Fundamentalmente, el alcoholismo es un problema de salud una enfermedad física y emocional más que una cuestión de insuficiente fuerza de voluntad, o debilidad moral. De la misma forma que sería insensato culpar a la víctima de diabetes de caer enfermo por una falta de fuerza de voluntad, también lo sería echar la culpa al alcohólico por su enfermedad, o considerar su forma de beber como un vicio.

El alcoholismo sigue diversos caminos. Algunos miembros de A.A. bebieron descontroladamente desde su primera copa. Otros fueron lentamente progresando hacia el beber desenfrenado. Algunos beben todos los días. Otros pueden abstenerse durante largos períodos, para después lanzarse precipitadamente a una juerga desenfrenada. Estos últimos se conocen como bebedores «periódicos».

Algo que todos los alcohólicos parecen tener en común es que, con el tiempo, su manera de beber empeora. No existe ninguna evidencia segura de que una persona que bebía alcohólicamente haya podido volver al moderado beber social por mucho tiempo. No se puede ser «un poco alcohólico». Ya que la enfermedad progresa por etapas, algunos alcohólicos manifiestan síntomas extremos más que otros. No obstante, una vez que cruzan la frontera del alcoholismo, los bebedores problema no pueden volver atrás.

¿Qué Puede Hacer?

Ahora que sabe que más de un millón de bebedores problema han logrado su sobriedad en A.A., puede que se impaciente por «hacer algo» por ese alcohólico cercano a usted. Puede que le desee explicar que el alcoholismo es una enfermedad y recomendarle que lea nuestra literatura y que se dirija inmediatamente a la reunión más cercana de A.A.

A veces, esta manera de tratar el problema tendrá éxito. Después de haber leído algunos folletos o libros de A.A., muchos bebedores problema llaman a la oficina local de A.A., empiezan a asistir a reuniones, y dejan resueltamente atrás sus días de bebedor. Sin embargo, la mayoría de los alcohólicos activos no están deseosos de recurrir a A.A., ni listos para hacerlo sólo a petición de un ser amado. La costumbre de beber está fuertemente arraigada en la personalidad, y a menudo la compulsión por la bebida les hace rechazar cualquier ayuda. Admitir ser un alcohólico, por evidente y sencillo que parezca, supone comprometerse a hacer algo para remediarlo. Muy frecuentemente, un componente de la enfermedad es la creencia por parte del alcohólico de que es necesario beber para hacer frente a la vida. En la mente confusa del alcohólico, la necesidad de beber puede parecerle una cuestión literalmente de vida o muerte.

¿Cuál es el momento oportuno?

No es fácil saber cuándo un alcohólico está «listo» para A.A. No todos los alcohólicos descienden al mismo estado físico o mental antes de buscar ayuda. Como esquema general, los alcohólicos se pueden clasificar en las cuatro categorías siguientes:

lª Estas personas parecen ser solamente bebedores fuertes. Puede que beban diariamente o con menos frecuencia, y sólo ocasionalmente en grandes cantidades. Gastan demasiado en licor y pueden estar empezando a retrasarse física y mentalmente, aunque se nieguen a reconocerlo. Su comportamiento es a veces molesto; pero pueden, no obstante, seguir insistiendo en que pueden aguantar el alcohol, y en que es esencial para su trabajo. Se ofenderían, probablemente, si alguien les tildara de alcohólicos. En esta etapa, puede que se estén acercando a la línea que separa al bebedor social del compulsivo. Algunos pueden tener capacidad para moderar su beber o para dejar de beber completamente. Otros pueden cruzar aquella línea, perdiendo cada vez más su capacidad para controlarse, y llegar a ser alcohólicos.

2ª En esta etapa, los bebedores no pueden ejercer control sobre su manera de beber, y empiezan a preocuparse por ello. Sin poder abstenerse de la bebida, aun cuando lo quieren, la gente de este grupo a menudo manifiesta una total falta de control cuando beben, e incluso pueden admitirlo al día siguiente. No obstante, están seguros de que «la próxima vez será diferente.» Ahora los bebedores emplean varios «mecanismos de control»: beber sólo vino y cerveza; beber solamente los fines de semana o durante ciertas horas del día o de la noche; elaborar una fórmula para espaciar los tragos. Puede que tomen una copa «medicinal» por la mañana, para calmarse los nervios. Después de un episodio de beber desenfrenado, sienten remordimientos y quieren dejar la bebida. Sin embargo, en cuanto recobran la salud, comienzan a creer que la próxima vez podrán beber con moderación. Quizás puedan todavía cumplir bastante bien con sus responsabilidades de trabajo o domésticas. Les parece absurda la idea de que su beber probablemente empeorará progresivamente y pueda entrañar la pérdida de su familia, de su empleo, o del cariño que otra gente les tiene. Mientras tanto, dicen que les gustaría dejar de beber. Los que están familiarizados con el programa de A.A. dirían: «Quieren querer dejar de beber.»

INFORMACIÓN PARA LOS PROFESIONALES

Si usted es un profesional, hay miembros de A.A. dispuestos a cooperar con usted

  • Profesionales del Cuidado de la Salud
  • Profesionales de Instituciones Correccionales
  • Profesionales de Instituciones de TratamientoProfesionales de los Medios de Comunicación
  • Profesionales de Asistencia a los Empleados
    Alcohólicos Anónimos tiene muchos miembros y comités de servicio dispuestos para proporcionar a los profesionales información sobre Alcohólicos Anónimos. A.A. tiene una larga historia de cooperación pero no afiliación con organizaciones ajenas y de estar disponible para proporcionar reuniones de A.A. o información sobre A.A. a petición.

Para los profesionales que trabajan con gente que tienen necesidades especiales tenemos materiales y literatura de A.A., videos en Lenguaje por Señas Americano, folletos en formato fácil de leer, y muchas cosas más.

 

Si usted desea más información  sobre Alcohólicos Anónimos, le rogamos que llame o escriba a nuestra Oficina de Servicios Generales:

Calle 50 No 46 – 36. Oficina 310. Edificio Furatena. PBX: (4) 251 78 87. Fax: (4) 231 64 58.

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